Yo también tengo un sueño.


YO TENGO UN SUEÑO¡¡¡ Así dijo Martin Luther King en su famoso discurso en que encerraba las esperanzas de un mundo mejor, esperanza que se transformó en lucha, luego en realidad. Muchos mexicanos decimos lo mismo, aunque el sueño es diferente. Muchos sueñan con ser diputados o funcionarios públicos y solucionar por siempre sus necesidades económicas; otros sueñan en que se cumpla el sueño en ése sentido del amigo, compadre o conocido para solucionar el propio, pero otros sueñan con tener una sociedad mejor, donde cambie para siempre la finalidad de ser un político, y donde se castigue, se desprecie y se haga pagar a quien no entre en el concepto ideal de servidor público. Ya no podemos seguir bajo la idea de "es que así son las cosas", o de "esto jamás va a cambiar", porque eso alimenta la prepotencia y la corrupción, hasta el punto de que ha permeado en un considerable grupo social la idea de que se tiene que "negociar" con el crimen organizado para parar "la lucha fratricida". ¿Cómo se negocia con el crimen organizado?¿Se van a fijar edades mínimas y máximas de los niños y niñas para la trata de blancas? ¿Se van a fijar topes de rescate en los secuestros?¿la Secretaría de Salud Pública fijará los ingredientes de las drogas sintéticas?¿Se van a fijar normas de localización de los desaparecidos? ¿Se va a reconocer un sindicato del crimen que pague impuestos y que no se metan con la población civil honesta bajo el juramento de "lo prometo por Diosito Santo?”. Todo ello es imposible. El Mundo Paralelo (http://www.jehicon.com/2013/05/el-mundo-paralelo.html) tiene sus propias normas y principios, su propia moral (o ausencia de ella) y su propia religión.
                De la misma manera, la clase política está perfectamente organizada. Sus cárteles se denominan partidos políticos y su finalidad es medrar, robar, favorecer, engañar y enriquecerse impunemente. Ellos dictan sus propias leyes para protegerse, se favorecen con fueros y se fijan sus propios emolumentos del erario público sin que nadie pueda impedirlo, desde el más humilde cabildo municipal hasta las ignominiosas cámaras de “representantes del pueblo”. La diferencia entre la clase política y los integrantes del crimen organizado, es que éstos, en cuanto a su actividad, son más abiertos y menos hipócritas.
                Pero volvamos a mi sueño. Un Diputado del Estado, tiene sus haberes (sueldo) que cobra puntualmente. Tiene una partida especial para que ejerza su representación (pago de oficina y contacto con los ciudadanos de su Distrito para la toma de decisiones del sentir popular); Tiene una asignación por grupo parlamentario, proporcional al número de diputados del mismo partido. Tiene una partida presupuestal para el pago de asesores (abogados, economistas, especialistas en temas jurídicos), y tiene además un cuerpo de asesores que proporciona el propio Congreso, además de vehículos y personal secretarial. No vaya Usted a creer que el sueldo se paga aunque su actividad legislativa sea nula, ni que el pago para ejercer su representación lo usen como ingreso propio, ni que el pago de asesores se utilice para que firmen el cuñado, la esposa, la amante, el chofer, la sirvienta, con su respectivo “moche”. No vayan a creer eso. Ni que la asignación por grupo parlamentario se distribuya para el uso de cada diputado. No, eso es imposible de creer.
                Luego entonces, el Congreso es CARÍSIMO¡¡, sin hablar de los diputados  nombrados por nadie (plurinominales) que también cobran.
                Cada vez que se aprueba un proyecto de ley, empezamos los abogados y los civiles (los de a pie, sin puesto público) a quejarnos de que está mal hecha, incompleta, incongruente con otras leyes, inaplicable, y parece hecha por los asesores ya arriba comentados.

                Entonces, ¿porqué no hacer nuestros propios proyectos de leyes o reglamentos? Dentro de la Sociedad Civil tenemos a catedráticos, abogados, economistas, Contadores, Administradores de empresas, Ingenieros, médicos, pulsadores del sentir social como serían los periodistas y los maestros.
                Mi sueño, Señores y Señoras, es que como sociedad podemos hacer la política correcta. Si acertamos es para bien de todos, y si nos equivocamos (somos humanos) fue decisión de todos. Somos especialistas en Derecho Civil, otros en derecho Penal, otros en Derecho Administrativo, otros en materia de amparo, otros en materia electoral, otros en materia laboral y así hasta cubrir todas las ramas, y contamos con los mejores asesores en todas las ramas de actividad (profesionistas y gente que trabaja). La diferencia en el producto, es que sería un proyecto con base jurídica hecho por especialistas en todas las ramas, y TOTALMENTE OBJETIVO Y DESINTERESADO, ya que los diputados se deben a sus partidos o grupos de poder de los cuales son títeres o marionetas.
                Claro, que debemos respetar a los diputados honestos y trabajadores, que son aquellos que regresan al erario público lo que se les paga de más.
                Quizás podamos empezar por el proyecto que comprenda una reforma electoral, que elimine a los perniciosos “plurinominales”, aun cuando sea un proyecto de iniciativa de reforma constitucional. Luego seguir con un proyecto de Reglamento Interior del Congreso que tase la actividad y remunere la verdadera labor legislativa.
                En mi sueño, los proyectos presentados por los “civiles” fueron de tan alta calidad, y propuestos por grandes grupos sociales, que puso de manifiesto el dispendio injustificado de nuestro Congreso.
                Todo sea por el bien de éste país llamado Mouseland https://www.youtube.com/watch?v=UtTW72F8xo0
                Empecemos por algo: ¿por qué existen los diputados plurinominales, refiriéndome al fundamento jurídico?
Hermosillo, Sonora, a 08 de mayo de 2015

Lic. Jesús Hidalgo Contreras.

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