LAS ELECCIONES.
Para muchos, las elecciones de 2018, resultaron ser reveladoras y
traumáticas.
Revelaron, que las grandes masas de indios, chúntaros, tatuados, mal
vestidos, sirvientas, obreros, campesinos, ninis, milenials y en general “esos”,
a pesar de los millones de pesos para gastos de campaña de los partidos, no
pudieron ser dirigidos como ganado a las urnas como tradicionalmente se hacía,
y que esa gran masa de “esos”, no sólo tiene voluntad, sino el poder de decidir
el futuro del País.
Lo traumático, fue percibir que gran parte de la clase media, estudiantes
universitarios, profesionistas, intelectuales, maestros de todos los niveles,
comerciantes y hasta empleados de gobierno, se unieran al ejército de “esos”, traicionando
los cánones tradicionales de cambio de poder.
Revelaron que la clase política no es más que una ilusión. El “Sr.
Diputado”, el “Sr. Senador”, La Sra. Secretaria”, el “Sr. Director”, el “Sr.
Gobernador” dejaron de ser los privilegiados por el dedo de Dios, los llamados
a dirigir a su pueblo por designio divino, y fueron desenmascarados como
hombres y mujeres, como ciudadanos comunes, como servidores públicos leales,
unos, y otros como viles asaltantes y criminales. Los políticos fueron desmitificados.
Ha sido lo más traumático. Saber que ser político te pone en una vidriera.
No puedes ganar lo que quieras y será muy difícil robar desde un aparador. Ya
nada es secreto.
Pero lo más revelador, es haberse dado cuenta que el otro México, el de
“esos”, el de los arrabales, el de las casas de cartón, el de los círculos de
pobreza, el de los sindicalizados, el de los campesinos, el México místico, el
México pueblerino, el de los chúntaros, el de los barrios, el de los
trabajadores de base es nuestro mismo México. No es un México ajeno. No es un
México aparte. El muro imaginario entre los ricos y acomodados, principalmente
de los que se creen ricos y acomodados y “esos”, se derrumbó.
Para bien o para mal, eso es la democracia.
Lic. Jesús Hidalgo Contreras.
20/julio/2018
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