Nuestra Mitología.
Tomado de todas partes:
Nuestra Mitología.
Juárez jamás intentó vender parte
del territorio Nacional, siempre se opuso a ello, por lo cual es falso que haya
vendido la Baja California y Yucatán.
El tratado Maclaine-Ocampo no se
aprobó por "candados" de algún genio mexicano. Tal tratado no se
aprobó por el Congreso de los Estados Unidos, a pesar de su eterna inclinación
expansionista, por una circunstancia histórica que nos favoreció: la lucha
entre el Norte y Sur de los Estadounidenses, donde el Norte se opuso al tratado
temiendo que los del Sur ampliaran su influencia y poder a México, y por
algunos esclavistas del Sur, que vieron amenazado el precio de su
producción de algodón por el bajo precio que podría lograr el algodón producido
en México. El tratado no se aprobó porque el Congreso estadounidense no quiso
aprobarlo ( la diferencia de la votación fue mínima).
Hay razón cuando se afirma que a JOSÉ DE LA CRUZ PORFIRIO DÍAZ MORI la Historia no le ha hecho
la Justicia. Fue un gran patriota y luchador, que sucumbió ante los embrujos
del poder (como le sucedió a Juárez), por una actitud mesiánica de creer que el
País sería incontrolable e ingobernable sin su guía (igual que Juárez).
El pecado de Porfirio Díaz, fue
el no ocuparse de la reivindicación de los derechos de los obreros
y pueblos indígenas (a pesar de tener sangre indígena), que fue tomado
como bandera por los revolucionarios de 1910. Fue la arista del escalón
anterior, ante la necesidad histórica de pasar al siguiente escalón. Los
cambios históricos no se entienden cuando se plantean como evolución, y deben
plantearse como revoluciones, como partos, para generar los nuevos héroes
que justifican las nuevas dictaduras o la legitimación de las nuevas
fuerzas en el poder. Para que exista el blanco, debe existir el negro, el bueno
y el malo, el liberal y el conservador. No ejemplifico con la antinomia de
policías y ladrones, porque éstos últimos resultan predominantes en la
política.
La "Patria" es un ente
subjetivo. "Nación" es un término jurídico-Sociológico, que se
refiere a un conjunto de personas con un pasado común, que viven en un
territorio determinado y bajo un mismo poder. El concepto de "Patria"
es tan subjetivo que tenemos que ponerle sexo y función (La Madre Patria),y si
es madre, debemos tener padre, y ahí es donde entran las figuras heroicas (los
padres de la patria, los defensores de la patria, los reivindicadores de la
patria). Nuestra historia es la Mitología necesaria que nos une como Nación,
nuestros héroes son nuestro pasado común. Por éso, si no existen, tenemos que
inventarlos, son nuestros Zeus, nuestras Venus, nuestros Mercurios.
No conforme con lo anterior, nos
inventamos hasta nuestras figuras religiosas como parte de nuestra mitología.
Somos idólatras por naturaleza, pero además de los ídolos de vírgenes y de
santos, también idolatramos a nuestros ídolos patrios, y en cada aniversario,
decimos loas y les dejamos coronas de flores ante sus representaciones
rupestres.
No nos asustemos entonces, de las
leyendas que llenan nuestros libros de Historia. Entendámosla como lo que es,
nuestra Mitología.
Pero cuando nos toca la
desfortuna o locura de ser incrédulos, lo único que tenemos que hacer es
sumergirnos en el pasado, investigar, adentrarnos en la penumbra del tiempo, a través de los otros incrédulos que investigan y escriben sobre éso, y la
verdadera Historia surge como lo que es: la crónica del peregrinar de los
pueblos guiados por hombres (no por Dioses o Semidioses), personas de carne y
hueso, sangre, hormonas, neuronas, sudor y excremento, tan humanos como
somos todos, con virtudes, vicios, ambiciones, aciertos y errores. Y tal tarea
de adentrarnos en el pasado es apasionante e interesante. No es decepcionante,
porque apreciamos nuestra verdadera dimensión como humanos, sin
"iluminados" y sin "predestinados". Y podrá admirarse la
figura de Juárez en toda su gigantesca y humana concepción, y la de Porfirio
Díaz en toda su grandeza y valentía, aunque te miren feo por admirar
a tal "villano" de nuestra mitología.
Hermosillo, Sonora, a 30 de Junio del 2011
Jesús Hidalgo Contreras.
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